Un estudio reciente de la Police Foundation americana, mencionado en el último número de la Polizei Newsletter, llevado a cabo por Brett M. Cowell y Anne L. Kringen, intenta profundizar en los efectos de la patrulla a pie, así como en sus retos de cara al futuro.
Se trata de un tema muy debatido en el mundo de la criminología, fundamentalmente americana. A partir de los ya antiguos experimentos de Kansas City y de la patrulla a pie de Newark, ha sido un tema recurrente, e incluso se llegó a teorizar sobre el tiempo que duraba el efecto disuasivo de la presencia policial. En los últimos años, el experimento de patrullas focalizadas a pie de Filadelfia combinó el efecto de las patrullas a pie con los principios de lo que se conoce como smart policing.
La discusión en todos estos casos se centra, por una parte, en la capacidad preventiva de la presencia policial, y, por otra, en determinar si esta presencia es más efectiva en vehículo o a pie. Como muy bien dicen los autores del trabajo, “aunque la patrulla a pie puede ser entendida como una estrategia para reducir la delincuencia, no hay conclusiones definitivas en relación con su efectividad en este punto”. En muchos casos, la efectividad varía en función de cómo se llevan a cabo las patrullas.
A fin de obtener conclusiones más claras y detalladas, el estudio ha trabajado con cinco servicios de policía en los que se llevaban a cabo patrullas a pie de distintas formas: el Cambridge Police Department, el New Haven Police Department, el Kalamazoo Department of Public Safety, el Evanston Police Department y el Portland Police Bureau. El equipo investigador llevó a cabo entrevistas semiestructuradas con policías, grupos focalizados con miembros de la comunidad y técnicas de observación.
Los resultados del estudio apuntan beneficios claros de las patrullas a pie:
- La patrulla a pie facilita el establecimiento de relaciones entre policías y ciudadanos.
- La patrulla a pie promueve la aplicación efectiva de la capacidad de los agentes de resolver problemas.
- Las relaciones establecidas a través de la patrulla a pie pueden cambiar cómo la población percibe a los agentes de policía.
- Estas relaciones entre policía y ciudadanos tienen potencial para mejorar la legitimidad de la policía a los ojos de la comunidad.
- La patrulla a pie recompensa y beneficia psicológicamente a los agentes involucrados.
El estudio también detecta retos futuros a afrontar respecto a este tipo de patrullas:
- Las patrullas a pie requieren altas dotaciones de personal.
- Los indicadores tradicionales de medida de la actividad policial pueden ser inadecuados para medir la eficacia de las patrullas a pie.
- La patrulla a pie centrada en los contactos con la población puede ser vista como antiética por el modelo tradicional policial, centrado en el control del delito, y puede ocasionar disfunciones y contradicciones internas en la organización policial.
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