El Consejo Europeo aprobó durante el mes de octubre la llamada Estrategia de Seguridad Marítima de la Unión Europea, así como el Plan de acción, destinados a abordar los retos en materia de seguridad en el mar.

El objetivo de estas mejoras es garantizar que la UE disponga de varios instrumentos eficaces para hacer frente a las amenazas y los nuevos retos cambiantes en materia de seguridad, como serían la creciente competencia estratégica por el poder y los recursos en las cuencas marítimas de la Unión y fuera de ella, la degradación medioambiental y los ataques híbridos y cibernéticos contra las infraestructuras marítimas.
La Estrategia ofrece un marco para que la UE adopte nuevas medidas con las que defender sus intereses en el mar y proteger a sus ciudadanos, sus valores y su economía. La lista de los seis objetivos estratégicos que se han traducido en más de 150 acciones concretas en el Plan de acción es la siguiente:
- Intensificar las actividades en el mar. Desde la UE se prevé organizar ejercicios anuales de seguridad marítima, realizados por guardacostas y fuerzas armadas de los estados miembros.
Una de las acciones clave es intensificar la lucha contra las actividades ilegales e ilícitas en el mar, como la piratería y los robos con violencia; la delincuencia organizada, incluyendo el tráfico ilícito de migrantes, y la pesca irregular, no declarada y no reglamentada. También se quiere reforzar las inspecciones de seguridad en los puertos marítimos de la Unión.
- Cooperar con los socios. Se prevé intensificar las asociaciones con países afines y con organizaciones regionales e internacionales promoviendo el diálogo y las buenas prácticas, y defendiendo el orden marítimo.
- Asumir el liderazgo en materia de conciencia situacional marítima. Incluye la mejora de la recogida y el intercambio de información.
- Gestionar los riesgos y amenazas. Mejorar la resiliencia y preparación colectivas de la UE con el objetivo de proteger infraestructuras marítimas críticas tales como gasoductos, cables submarinos, puertos, terminales de gas, etc.
- Mejora de capacidades. Desarrollar técnicas comunes para las tecnologías de defensa en superficie y debajo del agua, así como crear sistemas interoperables no tripulados para supervisar infraestructuras marítimas críticas.
- Educar y formar. La Estrategia pretende también conseguir un alto nivel de educación, capacidades y formación especializadas, lo que resulta indispensable para que la UE pueda hacer frente a los retos presentes y futuros en materia de seguridad marítima.
Algunas de las acciones clave en este ámbito se centran en las capacidades necesarias para hacer frente a las amenazas híbridas y cibernéticas y en la realización de programas de formación específicos abiertos a socios que no pertenecen a la Unión. La aplicación de la Estrategia se evaluará en tres años, en un informe conjunto de situación que elaborarán la Comisión y el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
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