La controvertida práctica de la compañía Clearview de recoger y vender millones de impresiones faciales recibió un fuerte revés por parte de un comisario canadiense.

Clearview, fundada en 2017 por el empresario australiano Hoan Ton-Thatand, trabaja en la recopilación de lo que llama “huellas faciales”, que son identificadores biométricos únicos similares a las huellas digitales o al perfil de ADN de alguien, a partir de fotos que la gente publica en línea.
Las autoridades canadienses han encontrado que la recopilación de datos de reconocimiento facial por parte de Clearview es ilegal porque infringe las leyes de privacidad federales y provinciales, lo que supone una ganancia para la privacidad de las personas y puede sentar un precedente para otros desafíos legales de esta tecnología.
Una investigación conjunta de las autoridades dirigida por la Oficina del Comisario de Canadá llegó a esta conclusión, afirmando que la compañía con sede en Nueva York que reunía miles de millones de imágenes de personas de todo internet representaba una vigilancia masiva e infringía los derechos de privacidad de los canadienses.
Además, la investigación comprobó que Clearview había recopilado información biométrica altamente sensible sin el conocimiento ni el consentimiento de la gente y, a continuación, utilizó y divulgó esta información personal con finalidades inadecuadas, que no serían adecuadas incluso si la gente lo hubiera consentido.
Desde 2019, la empresa se ha enfrentado a desafíos legales de sus prácticas tecnológicas y empresariales, que forman parte de una cuestión más amplia sobre las tecnologías de reconocimiento facial que desarrollan una infinidad de empresas, incluidas empresas como Microsoft e IBM.
Hasta el momento, Clearview ha acumulado en una base de datos miles de millones de estas huellas faciales, que vende a sus clientes. También proporciona acceso a una aplicación para teléfonos inteligentes que permite a los clientes colgar una foto de una persona desconocida y recibir instantáneamente un conjunto de fotos coincidentes.
Uno de los argumentos más importantes en defensa de su empresa que Ton-Thatand ha presentado en los informes publicados es que existe un gran beneficio al utilizar su tecnología para hacer cumplir la ley y la seguridad nacional, que supera las preocupaciones de privacidad de las personas. Además, Clearview no tiene ninguna culpa si las fuerzas policiales hacen un mal uso de su tecnología.
La decisión en Canadá probablemente ayudará a otras decisiones legales no solo sobre la tecnología de Clearview, sino también sobre el reconocimiento facial en general. En el mes de mayo de 2020, la Unión Americana de Libertades Civiles demandó a Clearview por infracciones de privacidad en Illinois, un caso que está en curso. Incluso los legisladores de los Estados Unidos han propuesto la prohibición nacional del reconocimiento facial.
La tecnología también plantea cuestiones de tipo racial y la posibilidad de falsas acusaciones contra personas inocentes. En diciembre, dos hombres negros presentaron una demanda contra la policía en Michigan, aludiendo que habían sido identificados falsamente por la tecnología de reconocimiento facial, específicamente por el software de reconocimiento facial DataWorks Plus que utiliza la policía estatal de Michigan.
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