Luchar contra el tráfico de seres humanos en la era digital

Las modernas tecnologías de la comunicación –internet, las redes sociales y las aplicaciones móviles–han tenido un impacto significativo en la forma en que los grupos de delincuencia organizada participan en el ámbito internacional en el tráfico de seres humanos. Así lo recoge un reciente informe de Europol de octubre de 2020 sobre los retos de luchar contra el tráfico de seres humanos en la era digital.

La tecnología ha ampliado la capacidad de los criminales para traficar con personas en  diferentes tipos de explotación: explotación sexual y laboral, extracción de órganos, adopción ilegal de niños y matrimonios forzados.

Las ventajas del uso de la tecnología por parte de los traficantes incluyen un mayor anonimato, capacidad para participar en comunicaciones en tiempo real pero cifradas, posibilidad de llegar a un público más amplio (en términos de víctimas y clientes), movilidad geográfica y capacidad de controlar a las víctimas a distancia. Hoy en día la tecnología es utilizada por los traficantes en todas las fases de la explotación sexual, desde el reclutamiento y publicidad de las víctimas hasta hacerles chantaje con fotos y vídeos y controlando en todo momento sus movimientos. La gestión financiera del negocio criminal también se realiza a menudo en línea.

Según el informe de Europol, hay que destacar que el uso de la tecnología moderna significa que los traficantes de personas ya no necesitan estar cerca de sus víctimas para controlarlas. Tradicionalmente, el control sobre las víctimas implicaba violencia y restricción física del movimiento. Hoy, el control se puede ejercer a través de varias formas de chantaje (por ejemplo, amenazando con compartir fotos y vídeos de actos sexuales en línea), así como mediante formas virtuales de restricción de movimientos y supervisión en tiempo real (por ejemplo, GPS y cámaras de vídeo integradas en los teléfonos inteligentes y aplicaciones para compartir la ubicación).

 El uso de la tecnología moderna también ha influido enla estructura tradicional y la división de tareas dentro de las redes de tráfico. Los delincuentes han asumido roles centrales de habilidades por Internet, especialmente en las redes de tráfico implicadas en la explotación sexual.

En el contexto económico en el que nos encontramos derivado en gran parte de la crisis de la COVID-19, se podrían producir consecuencias peligrosas en el panorama del tráfico de personas. Los delincuentes podrían tener acceso a un grupo más amplio de individuos en situación de angustia económica y potencialmente cada vez más propensos a sufrirlo y a aceptar cualquier tipo de oportunidad laboral. Al mismo tiempo, aumenta la demanda de la mano de obra barata, que puede funcionar como factor de atracción y provocar un aumento potencial del tráfico de personas dentro de la Unión Europea.

Según el documento de Europol, los próximos años serán críticos en términos de identificación y consenso sobre los marcos legales y técnicos que pueden implementarse para actuar con eficacia contra el tráfico de seres humanos en la era digital.

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