Las muertes producidas por opioides sintéticos en los Estados Unidos pasaron de unos 3.000 en el 2013 a más de 30.000 en el 2018. De hecho, los opioides sintéticos como el fentanilo actualmente están implicados en el doble de muertes que la heroína.
En los Estados Unidos, se ha publicado el libro The future of Fentanyl and Other Synthetic Opioids, que ofrece una evaluación sistemática del pasado, presente y posibles futuros de los opioides sintéticos. El libro se basa en análisis de datos secundarios, revisiones de literatura, estudios de casos internacionales y entrevistas a informadores clave. El objetivo es proporcionar a los responsables de tomar decisiones, a los investigadores, a los medios de comunicación y al público conocimientos destinados a entender mejor el problema de los opioides sintéticos y como responder a él.
Principales conclusiones
El fentanilo y otros opioides sintéticos dominan algunos mercados regionales de drogas en Canadá y el este de los Estados Unidos. Factores de la oferta, más que no el aumento de la demanda, explican su difusión. Los mercados hacen difusión online de métodos de síntesis nuevos y más eficientes, comercio electrónico anónimo, etc.
En algunos mercados, el fentanilo está sustituyendo a la heroína, no solo adulterándola o complementándola. La difusión de los opioides sintéticos se basa en decisiones de los proveedores y no en la demanda de los usuarios.
El problema en algunas zonas de Canadá es tan grave como en el este de los Estados Unidos, a pesar de las diferencias sustanciales en la política de drogas y en la prestación de servicios públicos de salud y servicios sociales.
La propagación del fentanilo es episódicamente rápida y persistente. Es probable que los problemas con opioides sintéticos empeoren, porque en los EE. UU. todavía no tiene un alcance realmente nacional. Algunas regiones en el oeste del Misisipi se han visto menos afectadas hasta ahora.
Recomendaciones
Es imprescindible que se hagan esfuerzos para evitar que los opioides sintéticos penetren en algunas zonas del país que solo han sido afectadas moderadamente.
Los responsables políticos tienen que innovar en los lugares y ámbitos donde se producen los opioides sintéticos. Tendrían que considerarse seriamente nuevos enfoques para responder a la crisis actual (por ejemplo, interrumpir las transacciones en línea; supervisar lugares de consumo; impulsar nuevas modalidades de tratamiento basadas en evidencias, como el tratamiento asistido con heroína, y elaborar pruebas de contenido de los medicamentos). Eso es necesario por la naturaleza y la escala del reto que plantean los opioides sintéticos, que en sus formas y métodos de distribución actuales representan una salida de las crisis anteriores. De hecho, la resolución de esta crisis puede requerir enfoques o tecnologías que no existen hoy día.
Los gobiernos tienen una responsabilidad única de financiar la recogida de datos y el seguimiento de consumos y mercados de drogas. La crisis del sida impulsó grandes inversiones en nuevos datos y sistemas de control, como el sistema nacional de vigilancia del comportamiento del VIH. El número de muertos por opioides es aproximadamente similar al del pico de la epidemia del sida, pero ahora no ha habido ninguna inversión comparable en la mejora de los sistemas de control.
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