Acoso escolar: el primer paso hacia una conducta antisocial adulta

A inicios de 2019 se publicó el estudio “Bullying, una puerta de entrada a la conducta antisocial adulta”, de Pedro García Sanmartín. Este estudio considera que el déficit de valores sociales y una educación deficitaria en los niños y niñas se convierten en factores de riesgo de las conductas de acoso escolar. Esta conducta supondría una puerta de entrada de las conductas antisociales en adolescentes y personas adultas.

Desgraciadamente, el estudio considera que se está produciendo un aumento de la cifra de casos de bullying o ciberbullying, así como de niños y niñas cada vez de menos edad con trastornos como depresiones, ansiedad o suicidios. Además, se detectan otras problemáticas asociadas a la escuela como el abandono escolar o bajas calificaciones, etc., así como otras conductas antisociales como el consumo prematuro de alcohol o drogas, conductas vandálicas o hurtos.

El estudio también se detiene en los tiempos que estamos viviendo y considera que tanto la procrastinación como la voluntad de obtener de forma inmediata aquello que se desea sin pensar en las consecuencias que reportará en el futuro está teniendo como resultado niños sin habilidades sociales para afrontar los problemas que se les presenten en el futuro.

Uno de los efectos importantes de las vivencias de la infancia, que perdurarán en la madurez y afectarán al desarrollo personal, es el del efecto Pigmalión, es decir, las descalificaciones y etiquetas adquiridas durante la infancia quedarán impresas en la personalidad, y en algunos casos provocarán baja autoestima, inseguridad u otros trastornos cognitivos.

El autor considera que el acoso escolar es un problema multifactorial, pero es un fenómeno que todo el mundo, en diferente medida, ha contribuido a originar y, por lo tanto, es necesario que toda la sociedad se comprometa a erradicarlo. Sobre todo porque a menudo es el paso previo a futuras conductas desviadas.

Las causas del acoso son también multifactoriales. La falta de habilidades y valores sociales normalizados hace que estos niños busquen refugio en conductas antisociales, que consideran justificadas, y que son reforzadas por los testigos, que en alguna medida también tienen déficit en algunos de los valores sociales esenciales, además de falta de seguridad.

Entre las distintas conclusiones a las que llega el estudio debe mencionarse:

  • La necesidad de reclamar un cambio del sistema educativo, y que se mejore la dotación de recursos y las herramientas a los servicios vinculados a la educación así como a los servicios asistenciales.
  • Destaca la importancia de la educación, es decir, que tanto maestros como padres y madres asuman la responsabilidad de ayudar a los niños a descubrir las facultades ocultas, extraerlas y mostrarlas a fin de que consigan seguridad, autoestima y autoconocimiento, y poder afrontar en un futuro los problemas que se les presenten.
  • El autor subraya que es necesario cambiar hábitos intergeneracionales educativos antiguos que no ayudan al desarrollo actual de los niños y niñas. Puesto que vivimos en un mundo complejo, es necesario atender a valores como la tolerancia, el respeto, la igualdad, la justicia y la solidaridad.

En Cataluña, de acuerdo con los resultados de la Encuesta de violencia escolar del año 2016, sobre el 40% del alumnado fue víctima de algún hecho de maltrato por parte de los compañeros y compañeras. De estos, un 24% sufrió más de un hecho aquel año y un 10,4% sufrió acoso, es decir sufrió acciones negativas unas o más veces por semana.

De todas las víctimas de acoso, un 40% lo ha sido de ciberacoso, y aquí el porcentaje de víctimas chicas es mucho más alto que el de chicos (un 25,4% delante del 15%).

http://www.fepsu.es/file/BULLYING.pdf

http://interior.gencat.cat/ca/el_departament/publicacions/seguretat/estudis_i_enquestes/

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