El pasado 26 de junio, el Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea (EUISS) publicó el anuario del 2018, el cual presenta los aspectos más relevante en materia de seguridad para la Unión Europea, así como la acción exterior de esta en las regiones vecinas meridionales y orientales. El documento repasa cronológicamente los principales acontecimientos que han tenido lugar a escala internacional que han afectado, de una manera u otra, a la Unión, además de recordar los distintos planes y estrategias impulsados por la Unión Europea o por los diferentes órganos de esta en materia también de seguridad colectiva.
El anuario se divide en tres secciones:
La primera se centra en la acción exterior de la Unión Europea en las regiones próximas como el norte de África y Oriente Medio y explica la presencia de esta en términos diplomáticos, financieros y de seguridad en todas partes. Repasa cuál es la relación de la Unión Europea con sus diferentes aliados, como la OTAN, la Unión Africana, el Consejo de Cooperación del Golfo, y otros.
La segunda sección repasa la acción y los organismos de la Política Común de Seguridad y Defensa (CSDP, por las siglas en inglés), las operaciones militares y las diferentes iniciativas de la Agencia Europea de Defensa.
En la tercera se analizan los vínculos de varios factores externos que afectan a la seguridad de la Unión, se dedica un apartado a una inquietud creciente como es la ciberseguridad, y finalmente se repasan las tareas, los objetivos y el presupuesto de diferentes organismos descentralizados de la Unión con funciones específicas relacionadas con la seguridad y la defensa.
En la publicación, se enfatiza constantemente la necesidad de fortalecer a la Unión y la relación entre los países que la conforman con el fin de poder actuar como potencia en el panorama internacional y hacer frente a los fenómenos globales que amenazan la seguridad, no solo de la Unión, sino de todo el mundo. Según el EUISS y los órganos y las instituciones de la UE como la Comisión Europea, es imprescindible la cooperación interna y externa, tanto entre los países y órganos de la Unión como con el resto de los aliados de la UE, con el fin de poder garantizar el mantenimiento de la seguridad en el continente. La política de cooperación y compromiso ha demostrado ser más efectiva que la de confrontación y aislamiento, y en esta dirección van las diferentes iniciativas impulsadas, así como el despliegue de misiones. Así pues, uno de los principales objetivos es el de seguir trabajando para seguir fortaleciendo las relaciones con los distintos aliados.
La tendencia de los representantes de la Unión o de los gobiernos de los países que la lideran ha sido la de decantarse, cada vez más, hacia la unificación con respecto a la seguridad y la defensa. Así lo defendía Emmanuel Macron, en una conferencia en la Sorbona, en la que alegaba que el futuro de la UE pasa por tener un presupuesto de defensa común, una misma política de actuación y una fuerza de intervención propia. La canciller Angela Merkel también lo defendió, justificando que la Unión Europea tiene que contar con los medios para resolver sus propios conflictos y las incertidumbres que se presentan. Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, también expresó su deseo de tener una Unión Europea de Defensa en toda regla de cara al 2025.
Los discursos de los diferentes líderes, junto con el impulso de los distintos planes en materia de seguridad y defensa, nos dan pistas que ayudan a intuir el futuro de la Unión Europea, y cuáles serán las prioridades en los últimos años. Tendremos que esperar todavía un tiempo, sin embargo, para ver si estas aspiraciones actuales acaban convenciendo, no solo a los países miembros sino, sobre todo, a los aliados como los Estados Unidos, o se convierten en papel mojado.
Para consultar el anuario:
https://www.iss.europa.eu/content/euiss-yearbook-european-security-2018
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