La UE lucha contra las amenazas híbridas

La Unión Europea tiene que afrontar graves amenazas, como la radicalización violenta, los ataques químicos, los ciberataques o las campañas de desinformación. Todas tienen como común denominador desestabilizar y poner en peligro a nuestra sociedad, pero también minar los valores fundamentales de la UE.

Las amenazas híbridas son aquellas actividades, militares o no, que utilizan medios más o menos convencionales y que provienen de actores estatales o ajenos al Estado con la pretensión de conseguir unos objetivos políticos específicos. Son multidimensionales, combinan medidas coercitivas y subversivas utilizando herramientas y tácticas de diferente tipo. Estas amenazas se orientan a las vulnerabilidades críticas y pretenden crear confusión para dificultar una toma de decisiones eficaz.

Los ataques híbridos pueden adoptar diferentes formas. Los ciberataques a sistemas críticos de información mediante la interrupción de servicios críticos, la debilitación de la confianza en las instituciones gubernamentales y la profundización de las divisiones sociales son algunos ejemplos de ello. Las amenazas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares distribuidas por medios no convencionales se consideran dentro de una categoría propia como consecuencia del daño potencial que pueden causar.

Ante esta situación, la UE tiene que mejorar la capacidad para detectar en una fase temprana las actividades maliciosas y tiene que aumentar la capacidad de resiliencia de las infraestructuras críticas, de las sociedades y de las instituciones. La lucha contra las amenazas híbridas requiere la acción firme de los estados miembros, así como la estrecha colaboración con los países socios y la OTAN. Todo ello resulta fundamental para mejorar la capacidad de resistencia y de recuperación ante los ataques.

El año 2015 se identificaron 22 áreas de actuación, que abarcan desde la sensibilización hasta el fomento de la resiliencia. Algunas de estas actuaciones fueron las siguientes:

  • Crear un organismo que recoja información e inteligencia de los estados miembros para informar a los responsables de la toma de decisiones.
  • Crear en Helsinki un Centro Europeo de Excelencia contra las amenazas híbridas para la investigación y el análisis que forme a los estados de la UE y a los aliados de la OTAN.
  • Realizar una comunicación estratégica y proactiva y hacer el seguimiento de los medios de comunicación para contrarrestar las noticias falsas.
  • Incrementar la resiliencia en el sector energético diversificando las fuentes y rutas energéticas y promover estándares de seguridad.
  • Preparar simulacros de protección civil para evaluar el grado de preparación en situaciones de crisis.
  • Llevar a cabo un abordaje de la desinformación online para una internet más segura, prevenir las interferencias en las elecciones y proporcionar una mejor información de la UE y de sus políticas.

Algunos retos pendientes apuntan hacia la necesidad de mejorar la detección temprana de las amenazas híbridas e incrementar las medidas contra las campañas de desinformación; detectar actividades maliciosas y su origen dentro o fuera de la UE, y comprender la vinculación entre acontecimientos aparentemente no relacionados. También es necesario mejorar la preparación ante ataques químicos, biológicos, radiológicos y nucleares, así como reforzar las medidas de ciberseguridad y contrainteligencia.

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