Los homicidios se desploman a mínimos históricos en la ciudad de Nueva York

Según un informe estimativo publicado por el Brennan Centre for Justice,[1] los homicidios en la ciudad de Nueva York se habrán situado en el año 2017 por debajo de los trescientos (entre 273 y 286, según las fuentes). Si tenemos en cuenta que en el año 1990 se habían registrado 2.245, el descenso es sorprendente y se sitúa en el nivel más bajo desde los años cincuenta,[2] después de un ligero repunte los dos años anteriores, debido sobre todo a la situación de algunas grandes ciudades, entre las que destacan Chicago y Baltimore.[3] La tasa de homicidios se sitúa en un 3,1 por 100.000 habitantes, cifra que para los Estados Unidos es realmente baja.

En general, en Nueva York es toda la delincuencia la que disminuye en un 3,3% en relación con el año anterior, y la delincuencia violenta lo hace en un 7,4%.[4] La tendencia a la baja se experimenta en todo el país con un descenso del 1,8% en el global de la delincuencia, situándose en el segundo punto más bajo desde 1990. La delincuencia violenta baja un 0,6%, gracias sobre todo a la estabilización de Chicago (que todavía presenta cifras preocupantes, por encima de los 750 homicidios) y Washington D.C. Como ciudades donde los homicidios siguen creciendo, hay que remarcar los casos de Baltimore (375) ¾que lidera el ranking de tasa de delitos violentos, seguido de muy cerca por Memphis¾ y de Filadelfia (de 271 a 291), donde los resultados del famoso experimento de 2009[5] parecen haberse desvanecido totalmente. En el global del país, se proyecta que los homicidios experimentarán un descenso del 2,5%, sobre todo debido al descenso proyectado en Detroit (25,6%), Houston (20,5%) y Nueva York (19,1%).

Mientras el descenso de la criminalidad parece evidente, no lo es la causa que ha facilitado este descenso. Con frecuencia se había recurrido a la mano dura (tolerancia cero), puesta en marcha por algunos cuerpos policiales (muy emblemáticamente por el de Nueva York en los años noventa) para justificar el freno a la delincuencia. Ahora bien, en los últimos años el número de detenciones y de uso de la fuerza por parte de la mayoría de cuerpos policiales ha bajado notoriamente (especialmente en Nueva York, donde ahora presumen de policía comunitaria), con un uso más moderado de las armas de fuego y un incremento del uso de armas menos letales, y las cifras siguen bajando. Desde la policía de Nueva York se apunta a una estrategia que se centra en los delincuentes potencialmente más peligrosos, al mismo tiempo que se profundiza en las relaciones con la comunidad, que generan confianza y seguridad. La criminología, sin embargo, no es ni mucho menos unánime a la hora de aceptar este argumento como única causa del descenso continuado de la criminalidad.

[1] Vid. https://www.nytimes.com/2017/12/27/nyregion/new-york-city-crime-2017.html

[2] Vid. https://www.brennancenter.org/analysis/city-graphs-crime-2017-preliminary-analysis

[3] Vid. https://www.brennancenter.org/publication/crime-2017-preliminary-analysis

[4] Vid. http://www.cla.temple.edu/cj/files/2015/11/PFPE_research_summary.pdf

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