El pasado mes de enero, 320 representantes de 172 organizaciones de la sociedad y movimientos sociales de 22 países se reunieron en Barcelona con el objetivo de prevenir el extremismo violento. De la reunión surgió el Plan de acción de la sociedad civil euromediterránea para la prevención de todas las formas de extremismo violento.[1] Dentro del Plan se incluía la creación del Observatorio para la Prevención del Extremismo Violento (OPEV),[2] con el fin de apoyar la implementación del Plan.
El Plan de acción parte de la base que centrar la lucha contra el extremismo violento en medidas antiterroristas deja fuera a la sociedad civil, que cuenta con energías cruciales para generar cohesión social y, en consecuencia, prevenir la radicalización violenta, afrontando los factores que lo favorecen. En esta dirección, la creación de sociedades abiertas, equitativas, inclusivas y plurales, basadas en el respeto de los derechos humanos, constituye una alternativa sólida y atractiva al radicalismo violento.
El extremismo violento erosiona los cimientos de nuestra sociedad, promueve el odio y la discriminación y hace imposible la convivencia pacífica. El extremismo parte de ideas políticas, sociales o religiosas que rechazan el statu quo y que están basadas en valores totalitarios, fanáticos, intolerantes, antidemocráticos y antipluralistas. Pretenden obtener sus objetivos con la violencia, tan extrema como sea necesaria. A menudo toma como enemigo a un grupo étnico, una ideología, una religión o una clase social y propugna, prácticamente, su extinción.
La presencia del extremismo violento en la región euromediterránea es bastante notable. Aprovechando la presencia en la zona de grupos yihadistas que practican la violencia indiscriminada, movimientos populistas de extrema derecha, racistas e islamófobos están presionando a los gobiernos hacia la intolerancia, el odio y los recortes de derechos, que, en la práctica, afectan a grupos específicos, circunstancia que no hará sino empeorar el problema en el futuro.
El próximo 21 de septiembre el OPEV presenta un primer informe sobre la evolución de la legislación antiterrorista en la región y las consecuencias que las reformas legislativas pueden tener en la misma radicalización violenta, con la intención de abrir un foro de reflexión sobre este tema que ayude a encontrar soluciones pacificadoras.
[2] Vid. http://novact.org/2017/02/web-opev/
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