Uno de los cuatro objetivos globales del gobierno británico en las negociaciones del proceso del Brexit es mantener los fuertes vínculos de cooperación que actualmente existen entre el Reino Unido y la Unión Europea. A fin de enmarcar el debate parlamentario sobre este tema, la Cámara de los Lores del Reino Unido publicó a mediados de diciembre un informe sobre las relaciones futuras entre este país y la Unión Europea en materia de seguridad tras el Brexit.
En el informe se examinan las principales herramientas e instituciones en las que se basa esta cooperación: Europol y Eurojust, la compartición de datos en materia policial y las herramientas de justicia penal.
Hay tres motivos principales por los que el enfoque de las negociaciones es optimista. Por un lado, las dos partes tienen un gran interés en no reducir los niveles de seguridad de los ciudadanos británicos y de la Unión Europea. Por otro lado, hay precedentes de participación en instituciones europeas de países no miembros de la Unión o de acceso a sistemas de datos de países no miembros de los acuerdos Schengen. Finalmente, en los casos en los que no hay precedentes, tanto la Cámara de los Lores como el gobierno del Reino Unido consideran que la experiencia previa y la participación que su país ha tenido hasta ahora en la UE pueden favorecer los acuerdos.
No obstante, recuerdan que las negociaciones no serán fáciles y que existe el riesgo de que los nuevos acuerdos comporten una situación por debajo del nivel óptimo conseguido por los acuerdos actuales. También se plantea que puede haber una tensión entre dos de los objetivos globales del gobierno británico en el proceso de salida de la UE, el ya mencionado de mantener los fuertes vínculos de cooperación en materia de seguridad y el de recuperar el control legislativo por parte de Westminster. Ante este problema, el punto de vista de la Cámara de los Lores es poner por delante la seguridad de los ciudadanos del Reino Unido, y recuerda declaraciones del gobierno de 2014 en este sentido.
Uno de los inconvenientes que se plantean es el vacío operacional que se puede producir en el periodo transitorio entre la salida del Reino Unido de la Unión Europea y la entrada en vigor de los nuevos acuerdos. En este sentido, se pone sobre la mesa que la UE firmó acuerdos bilaterales en materia de extradición con unas condiciones similares a las de la Orden Europea de Detención, pero que más de diez años después de esta firma, los acuerdos todavía no han entrado en vigor.
El informe reconoce que se ha limitado a las medidas más relevantes y que estas forman parte de una red compleja de acuerdos y medidas que son difíciles de tratar de forma compartimentada.
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