Estrategias focalizadas contra la violencia en Kansas City

Kansas City se ha consolidado como una de las ciudades con más delincuencia violenta entre las que tienen dimensiones semejantes en Estados Unidos (22 homicidios, 2.500 delitos de lesiones y 1.645 robos con violencia por cada 100.000 habitantes). A principios de esta década, el Departamento de Policía recibió financiación del Departamento de Justicia para desarrollar estrategias innovadoras para combatir la delincuencia violenta. Esos fondos se utilizaron para poner en marcha dos estrategias diferentes y complementarias.

mo_-_kansas_city_policeEn primer lugar, intentaron replicar el experimento de patrulla a pie de Filadelfia del año 2009. El experimento consistió en poner a patrullar a parejas de policías noveles a pie en cuatro puntos identificados como puntos negros de delincuencia violenta. Estos policías estaban exentos de responder a ningún tipo de llamada de servicio. Lo hicieron durante 90 días. Los resultados globales fueron positivos: un 26% de reducción de la delincuencia violenta, sin desplazamientos espaciales perceptibles. Ahora bien, la reducción no se produjo de forma lineal durante todo el tiempo. En las primeras seis semanas del experimento, la reducción de la delincuencia violenta fue del 55%, mientras que durante las semanas posteriores este descenso no solo no continuó, sino que incluso se experimentaron repuntes de delincuencia. Estos resultados plantean la necesidad de profundizar sobre la existencia de un periodo de caducidad de la capacidad preventiva de la presencia de las patrullas a pie (hecho en el que ya había trabajado Koper años atrás y que el experimento de Filadelfia también había puesto sobre la mesa).

Posteriormente, en los años 2013 y 2014 el Departamento de Policía, junto con el rector de la Universidad, la Fiscalía, la alcaldía, la Oficina de Probation, un representante del FBI y los miembros de los servicios sociales del Ayuntamiento (unidos en un grupo denominado Alianza de Kansas City contra la Violencia), pusieron en marcha una nueva estrategia dirigida a disuadir a los potenciales delincuentes violentos de sus propósitos. El procedimiento de trabajo era el siguiente:

  • Identificar una problemática delincuencial específica.
  • Crear un grupo de trabajo con representación de las diferentes instituciones implicadas.
  • Llevar a cabo una investigación, con ayuda de los policías, para identificar a potenciales delincuentes.
  • Advertir a los potenciales infractores de la determinación de reprimir con dureza cualquier actividad criminal.
  • Ofrecer servicios (sociales) de apoyo para quien los necesitara.
  • Mantener una comunicación frecuente y fluida a fin de que tuvieran claro que eran objeto de estrecha vigilancia.

Los resultados de esta segunda estrategia fueron positivos en el caso de los homicidios (una reducción de un 26,5%) y poco significativos en el de los delitos de lesiones (una reducción del 5%). Con el tiempo, los beneficios también disminuyeron, de la misma manera que en el supuesto de las patrullas a pie.

Entre las recomendaciones que los autores del artículo destacan de cara al futuro encontramos:

  • Los mandos tienen que tener en cuenta la importancia de la comunicación entre los diversos actores como requisito indispensable para obtener los resultados deseados.
  • Hay que tener claro el tiempo que se tiene que dedicar a las patrullas a pie y liberar a los agentes de otro tipo de tareas.
  • Los policías de la calle tienen que entender cuál es su rol prioritario: tienen que ser vistos y entrar en contacto con la gente.
  • Los policías de la calle tienen que emitir el doble mensaje con claridad:
    • Hacer saber a los hipotéticos infractores que están detrás suyo.
    • Informarles de que trabajan con otras agencias que están dispuestas a ayudarles si desisten de cometer delitos.

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