El Ministerio del Interior francés acaba de publicar un informe en el que explica cómo organizó el despliegue de seguridad en torno a las selecciones nacionales en la pasada Eurocopa de fútbol, que tuvo lugar en Francia entre los meses de junio y julio de este año.
Existía una gran preocupación por la posibilidad de que algún grupo terrorista (especialmente del entorno de Daesh) llevara a cabo algún ataque durante el desarrollo de la Eurocopa de fútbol. La gran trascendencia mediática del acontecimiento y de algunas selecciones en particular planteaba como muy atractiva, en términos de resonancia informativa, la comisión de actos terroristas en ese contexto.
Se movilizaron todas las unidades de élite disponibles: la Brigada de Búsqueda de Información (BRI) de la Jefatura de Policía de París; el Grupo de Investigación, Asistencia, Información y Disuasión (RAID) de la Policía Nacional, y los grupos de Intervención de la Gendarmería Nacional (GIGN).
Se consideró que había una selección que presentaba un riesgo especial, la selección española, y se le asignó la BRI de manera exclusiva. También participaban en la protección miembros de la policía española y un oficial de enlace de la Policía Nacional francesa. Todos los movimientos de cualquier miembro de la expedición tenían que ser planeados y conocidos por los responsables de la seguridad. Durante el partido contra Croacia, que se consideró de alto riesgo porque grupos de aficionados croatas habían amenazado con invadir el terreno de juego, miembros de la BRI se posicionaron en lugares clave del estadio para detectar cualquier movimiento peligroso de los aficionados desde el momento en el que el equipo español llegó al estadio.
El RAID se encargó de la seguridad de once equipos nacionales: Francia, Inglaterra, Rusia, Turquía, Albania, Croacia, Gales, República Checa, Rumania, Eslovaquia y Suiza.
EL GIGN se encargó de la seguridad de las doce selecciones restantes: Alemania, Bélgica, Portugal, Austria, Hungría, Irlanda, Irlanda del Norte, Islandia, Italia, Polonia, Suecia y Ucrania.
El otro equipo que, por razones obvias, fue objeto de especial protección (posiblemente al máximo nivel) fue el de Francia, que fue protegido por el Grupo RAID H24. Esta protección era total: durante los desplazamientos, los partidos y los entrenamientos, y en los alojamientos. Los Bleus iban seguidos y precedidos por los vehículos de los hombres de negro. Los vestuarios de los estadios se inspeccionaban en todos los partidos antes de que llegaran los jugadores. Este seguimiento exigía una gran capacidad de adaptación a los movimientos de los jugadores en todo momento.
Obviamente, además de proteger a las selecciones nacionales, había otras unidades encargadas del orden público (Compagnies Républicaines de Sécurité y grupos de la Gendarmerie Mobile) y de la seguridad ciudadana en las ciudades donde tenían lugar los partidos de competición, circunstancia que implicó a las patrullas uniformadas de los cuerpos estatales y también a las policías locales (en las ciudades donde había).Todas estas unidades tuvieron que trabajar con la máxima coordinación posible entre ellas y con las unidades de élite encargadas de proteger a los miembros de las selecciones.