Recientemente se ha publicado un estudio sobre el perfil de los jóvenes detenidos en París. El estudio parte de una encuesta dirigida a los jóvenes que se llevó a cabo en el año 2010 en el marco de la convocatoria de la defensa y la ciudadanía [1]. El Observatorio Francés de las Drogas y las Toxicomanías (OFDT) aprovecha siempre la convocatoria para hacer una encuesta sobre el consumo de sustancias psicoactivas entre los jóvenes. En la edición de 2010, el Ayuntamiento de París financió una ampliación de la encuesta dirigida a averiguar los índices de solicitudes policiales de identificación de jóvenes, así como las características de los que son objeto de esta medida.
La primera conclusión de la encuesta nos muestra un dato conocido: la policía detiene a los jóvenes para identificarlos con más frecuencia que al resto de la población (un 28% de jóvenes frente a un 16% del total de entrevistados). La mayoría de jóvenes son hombres, no están escolarizados, tienden al sobrepeso, tienen poca confianza en la policía, han consumido alcohol o cannabis y han estado implicados previamente en una pelea.
A partir de los datos, se configuran dos grandes grupos de jóvenes a quienes la policía detiene con más frecuencia:
Al primer grupo se les llama epicúreos desafiantes. Se trata de jóvenes a quienes controlan en el espacio público el doble de veces que al resto. Son mayoritariamente hombres, con amigos sobre todo masculinos, y que salen, como mínimo, una vez por semana (a todo tipo de lugares). La mayoría de las veces los padres no saben los sitios que frecuentan sus hijos. Viven en barrios mayoritariamente con un buen nivel económico (están orgullosos de vivir allí) y sus padres suelen ser profesionales liberales. Acostumbran a consumir mucho tabaco (77%) y algunos también alcohol y cannabis. Normalmente tienen algún antecedente por alguna pelea o por algún tipo de agresión. No tienen un buen concepto de la policía y les gusta enfrentarse.
El segundo grupo no está tan sobrerepresentado (jóvenes a quienes controlan sólo un 1,6% más que a la media). La mayoría viven en barrios populares de la ciudad que no les hacen sentirse orgullosos, ya que suelen tener problemas de drogas, de delincuencia o de inseguridad. Los hombres también están sobrerepresentados, pero sus amistades son fundamentalmente femeninas. No acostumbran a declarar tener muchos amigos. Salen menos que los anteriores y consumen poco alcohol o drogas. La familia suele saber los lugares que frecuentan sus hijos y tener sobrepeso u obesidad.
Las características del grupo de jóvenes que no son sometidos a controles inferiores son: se trata mayoritariamente de mujeres, cursan algún tipo de estudios, están orgullosas de los barrios donde viven y consumen poco alcohol y prácticamente ninguna droga. Reciben como mínimo 100 euros a la semana como dinero de bolsillo. No les gusta enfrentarse a la policía. Algunas viven en barrios populares, pero otras en barrios intermedios y acomodados. Frecuentemente los padres (algunos, al menos) tienen una profesión liberal. No acostumbran a tener antecedentes por ningún tipo de pelea.
Precisamente el hecho de haber estado previamente involucrado en una pelea o consumir drogas son factores que tienen una gran influencia para facilitar los controles policiales a los jóvenes.
[1] Convocatoria que hacen en Francia a los jóvenes en edad militar.
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