Tras haber detectado una serie de deficiencias en el control y prevención de la radicalización en las prisiones británicas, especialmente y sorprendentemente en las de más alta seguridad, el Ministerio de Justicia británico impulsará un conjunto de cambios en la política penitenciaria relacionada con los presos considerados islamistas extremistas.
Entre estas deficiencias destaca la capacidad de los presos más radicalizados para, a pesar de encontrarse en centros de alta seguridad, hacer proselitismo entre los compañeros, por ejemplo, aprovechando la plegaria del viernes que comparten con otros presos musulmanes. A la vez, estos mismos internos también parecen ejercer un alto grado de intimidación sobre los funcionarios de prisiones, inhibiéndolos de sus funciones, con actitudes que el mismo informe tilda de “propias de bandas organizadas”. Eso ha comportado que, desde el Ministerio, se planteen crear nuevos módulos de aislamiento (Specialist Units), así como formar equipos especiales bien equipados y utilizar las Body Worn Video Cameras para dar respuesta a los comportamientos violentos o intimidatorios.
Por otra parte, y más allá de los mismos internos, se han detectado otras disfunciones importantes relacionadas con el perfil de los imanes que vienen a ofrecer las plegarias, así como un “abuso” de la llamada “rule 39”. Esta norma garantiza la privacidad en la correspondencia entre el preso y su representante legal, y abusar de ella puede suponer, incluso, introducir en la prisión o extraer objetos ilícitos como teléfonos móviles. En este sentido, se quiere mejorar la revisión de los antecedentes de los imanes y orientadores religiosos, incluyendo el Counter Terrorist Check (CTC), y también revisar los procedimientos de la “rule 39” para evitar abusos.
Desde un punto de vista más organizativo, también se incide en la poca operatividad del National Offender Management Service (NOMS) a la hora de detectar procesos de radicalización. Así, se plantea crear un nuevo Security Order and Counter Terrorism Directorate, totalmente orientado al análisis y estudio del fenómeno del islamismo extremista.
El informe, asimismo, destaca que, a diferencia de otros países europeos como Francia, España u Holanda, los presos islamistas extremistas británicos disfrutan de mucha más privacidad y de políticas de aislamiento más flexibles. Es en este sentido que el Gobierno británico justificaría la dirección de dichas reformas.
Estas iniciativas ya han sido consideradas abusivas por distintas entidades no gubernamentales, las cuales han expresado su preocupación desde el punto de vista de los derechos fundamentales. A su vez, han puesto en duda la eficacia de estas estrategias ante el Gobierno británico, especialmente de aquellas iniciativas que buscan mayor aislamiento de los presos islamistas extremistas.
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