Cuando en el año 2013 un dron se situó sobre el escenario durante una conferencia de la canciller alemana Angela Merkel, el incidente concluyó como un hecho anecdótico. Pero desde entonces ha aumentado el número de casos y delitos registrados relacionados con el uso de estos artefactos, muchos de los cuales han sido sobradamente mediatizados: en 2014, un dron sobrevoló siete centrales nucleares francesas; en abril del 2015, un dron aterrizó en la oficina del primer ministro japonés; en octubre del 2015, un dron se estrelló cerca del monumento de la Casablanca, y en el pasado mes de julio un avión de la compañía Lufthansa con 108 pasajeros a bordo se vio obligado a modificar su ruta para no chocar con un dron.
Ha sido en 2015 cuando las estadísticas han mostrado un aumento muy destacable en el uso de drones en muchos países europeos y, sobre todo, en Estados Unidos, donde 28 de un total de 241 denuncias relativas a drones están relacionadas con pilotos que tuvieron que maniobrar para evitar un choque.
El caso del Reino Unido resulta bastante ilustrativo del crecimiento de los datos. La Thames Valley Police registró un aumento de 21 incidentes en 2014 y de 80 en 2015; la Metropolitan Police de Londres, un aumento de 1 caso delictivo en 2014 y de 21 en 2015, y la Greater Manchester Police, los primeros 58 incidentes en 2015. Según Scotland Yard, algunos de los crímenes relacionados con drones en el país incluyen delitos sexuales y transporte de drogas a una prisión.
Como consecuencia de estos hechos, varios países, como España, Francia, Alemania o el mismo Reino Unido, han intensificado la regulación del uso de drones, aumentando las distancias de seguridad o controlando el peso y la altitud permitidos.
Otras medidas, en el caso de Estados Unidos, han incluido el acuerdo firmado en septiembre del 2015 entre la Administración Federal de Aviación (FAA) y la empresa California Analysis Center, Inc. (CACI) para desarrollar una tecnología que permita monitorizar la conexión entre un dron y la persona que lo dirige. La misma FAA afirma recibir cerca de 100 quejas mensuales de pilotos que avistan artefactos volando cerca de aeropuertos o en el espacio aéreo en el que los drones no tienen permitido transitar.
En un esfuerzo por prevenir riesgos y combatir posibles incidentes, la policía de los Países Bajos ha hecho público un vídeo, fruto de la colaboración con la compañía Guard From Above, en el que aves rapaces interceptan drones, procedimiento que se valora como uno de los posibles mecanismos para controlar las amenazas.
Para más información sobre el acuerdo de la FAA con CACI, puede consultar el comunicado oficial.
También puede consultar el Informe de 2005 de la Metropolitan Police de Londres respecto a los drones.
Y si desea más información sobre la compañía que ofrece el servicio de adiestramiento de aves para capturar drones, Guard From Above, puede visitar su web.
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